miércoles, 11 de febrero de 2015

No es un chico, es una chica.


Tenemos que plantearnos seriamente que a la mayoría de las lesbianas se nos nota que somos lesbianas. Sin embargo esa mayoría, cuando se habla de parejas en presencia de personas heterosexuales, a menudo tienden a hablar como si también fueran heterosexuales y de sus novios.

Que no!

A ver, ocultar las cosas que son obvias es hacer el ridículo.

Creo que todas aquellas lesbianas que nunca os habéis atrevido a hablar sin miedos de vuestra realidad sexual, deberíais intentarlo al menos una vez. Y poco a poco, más veces.

De sobra sabemos que la aceptación sexual tiene que ser desde los dos lados del campo. Por un lado la aceptación de los demás y por otro, la de nosotras mismas.

Ayer mismo me preguntó una compañera de trabajo por mi último novio, refiriéndose a la ultima pareja con la que yo había estado.

Claro que la gente también predispone que somos heterosexuales! Pero no pasa nada. Se le dice no era un chico, era una chica. y nadie te mira mal.

Al contrario. Estamos siendo parte de un momento en el que las cosas ya no se ponen dentro o fuera de un armario. Es más simple. Es como un vestidor, con un amplio rail.