WEEKEND

Hace un frío en Barcelona que me recuerda a Madrid. Echo de menos los eternos veranos amarillos...

El jueves fui a Yoga, me gustó cuando dijo que sonriéramos y que le diéramos las gracias a nuestro cuerpo por funcionar y por mantenernos con vida. Entonces pienso en todas las veces en las que nos autodestruimos y en como el cuerpo aguanta el tirón, a la espera de que en el cerebro dejen de matarse las neuronas las unas contra las otras intentando construir el puzzle, sin darse cuenta de que son piezas de distintos puzzles que se acumulan con el tiempo, y que no encajan por mucho que les demos vueltas de una manera infinita intentando buscar la posición correcta.

Un viernes de conciertos, probando todos los ging tonics y con gente de coca hasta las cejas en el Slow Barcelona. Una tía rozándoseme con las tetas duras y operadas.
- Me encantan tus manos - decía ella - me gustan las mujeres, y las manos son importantes.
Me fui a otro lado de la barra. No estaba yo para cosas vulgares en el baño de un bar.

Un sábado en el Raval. Noche con compañeros de trabajo. Muchas risas. Y siempre hay recuerdos chulos que me hacen sonreir: El muro en que te sentaste a mi lado por primera vez, una cerveza...

El domingo me escaqueé de ir al cine. (Porque hay cosas que hice contigo - o que no hice contigo-, pero que son cosas que contigo o con nadie) A cambio una ruta de bares cerca de la playa, el Bar Celoneta, el Bar Leo, el Ke Bar...

No sé, no voy a pretender que no estoy triste porque lo estoy. Dentro de mi hay un vacio. Y los sentimientos y esas cosas no desaparecen de repente. Ni tampoco la confianza aunque nos ofusquemos en el orgullo. Al fin y al cabo seguimos siendo las mismas personas, aunque las circunstancias cambien.

Pues si, me gusta Barcelona. Aunque reconozco que Madrid tiene ese encanto en la noche de gente hablando con gente que no se conoce de nada. No se si alguien opina lo mismo de Madrid...Esa cosa de entrar en los bares y acabar cerrándolos... y de chupitos con la camarera.