martes, 3 de enero de 2023

24 horas sin contacto

El mes pasado me acosté con Sonia.

No sé ni cómo ha pasado. Bueno sí que lo sé:

Agradable. Positiva. Simpática. Atenta. Siempre está pendiente de mí. Guapa. Rica. Vive cerca de mi casa.

Salimos toda la noche. Acabamos en mi cama, con muchas copas y con ganas de follar.

Me costó que se corriese. Estaba demasiado excitada.  Se empeñó en usar un lubricante de calor. 

Era la primera vez que follábamos. No sabía que iba a ser la última. Ahora ya lo sé.

Aún no existía Marga. 

Follar se puede follar con cualquiera. 

Pero pienso en Marga y siento como toda su esencia me atraviesa, porque la noto en cada una de las células de mi cuerpo.

Y estamos mal. Lo sé. Noto un muro infranqueable. 

Es la misma sensación de cuando te abrazan y no puedes abrazar, pero al revés. Porque quiero abrazarla, aunque ella ya no pueda.



3 comentarios:

  1. Esa M es tu M de siempre? Como la llamabas? La repija?

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    1. No, con esa M hablé ayer. Es verdad, habrá que diferenciarlas...

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    2. Hablas con las dos, entonces? Uhmm

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